Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100123
Legislatura: 1887
Sesión: 28 de marzo de 1887
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Bosch.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 56, 1262-1263.
Tema: Planes de conspiración contra el orden público.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Cuidado, Sres. Senadores; no he dicho yo que no se conspire; lo que he dicho es que se conspira, pero en mi opinión, sin éxito.

Por lo demás, se hace todo lo que se puede por ciertos elementos para producir alteración en el orden público; pero lo que hay es, que el Gobierno también hace todo lo posible para que no consigan su intento.

¿Es que lo realizarán? Yo no lo sé; lo creo difícil. Posible es que se atrevan a ello, pero sería en tan pequeña escala, que me parece que eso no debe producir alarma ninguna en el país. Verdad es, Sres. Senadores, que ni aquí ni en ninguna parte hay completa seguridad de que el orden público no ha de alterarse en pequeña o en gran escala, toda vez que ni el país más normalizado de Europa ni del mundo, tiene la seguridad de que en un día dado no haya una perturbación de orden público, como lo estamos observando en todos los países, aun en aquellos que se consideran y han tenido siempre como los más seguros.

Pues bien; si esto ocurre en todos los países, tampoco sería extraño que sucediera en éste; pero lo que yo puedo decir a S.S. es que la perturbación que pueda causar no será tan profunda que produzca alarma ninguna en el país, porque esos pequeños trabajos, esa insistencia en la conspiración, están hoy reprimidos, hasta el punto de que yo creo no han de [1262] conseguir su objeto; y si lo logran, no será, repito, de una manera grande que dé motivo a la alarma a que S.S. se ha referido.

Y ya que estoy de pie, voy a contestar a una pregunta que el otro día tuvo la bondad de dirigir al Gobierno el Sr. Marqués de Muros.

Realmente he venido a contestar a S.S., porque yo quiero tener, como debo, toda la cortesía posible a los Sres. Senadores, y tanto más a aquellos con quienes me unen antiguos lazos de amistad, como me sucede con el Sr. Marqués de Muros.

En realidad, es de todo punto innecesario lo que yo diga, porque después de la contestación que dio el Sr. Ministro de Gracia y Justicia, nada tengo que añadir, como no sea confirmar en todo y por todo aquellas mismas palabras.

Desearía, pues, que el Sr. Marqués de Muros se conformase y satisficiese con que yo haga mías las palabras que en contestación a la pregunta de S.S. pronunció mi digno y querido compañero el Sr. Ministro de Gracia y Justicia. [1263]



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